La adopción es  mucho más que llevar a un peludo a casa. Es ofrecer una segunda oportunidad a un ser que lo necesita, es darle un hogar donde sentirse seguro. Es darle la familia que siempre debió merecer. 

 

Adri Adopciones comenzó un 31 de diciembre al ver dos perritas caminando con un alambre de púas amarrado al cuello y no dudé en llevarmelas. Las rehabilité hasta encontrarles un hogar. De ahí en adelante me crucé con historias muy parecidas hasta que encontré a Coco, un perrito que fue atropellado y perdió una patita, se convirtió en mi fiel compañero. Desde ese día comenzó mi labor como rescatista independiente.